
21 Nov Ejercicio y diabetes tipo 2
La diabetes es un trastorno complejo del metabolismo de los hidratos de carbono, los lípidos y las proteínas secundario a ausencia de secreción de insulina o bien a un defecto en los receptores de insulina.
Existen dos tipos de diabetes, de tipo 1 causada por la falta de producción de insulina, por lo que la persona es insulinodependiente y se manifiesta a edades tempranas. De tipo 2, no insulinodependiente, causada por disminución de la sensibilidad de los receptores de insulina, esta diabetes se llama de la vejez por las edades que se manifiesta.
Según la Federación Internacional de Diabetes (FID, 2017), 425 millones de personas padecen diabetes en el mundo y pueden llegar a 629 millones en 2045. Alrededor del 95% de los casos conocidos de diabetes y prácticamente todos los casos de diabetes desconocida son clasificables como Diabetes tipo 2. Aproximadamente el 5% de los casos conocidos de diabetes son clasificables como Diabetes tipo 1. Esto convierte a esta enfermedad como una pandemia, concebida por lo malos hábitos saludables del mundo desarrollado, falto de ejercicio y lleno de comida artificial.
En este artículo hablaremos de los beneficios del ejercicio en la diabetes tipo 2 que es el tipo de diabetes que más evidencia científica hay sobre sus beneficios. Con respecto a la diabetes tipo 1 hablaremos en entradas posteriores.
Es indiscutible, con la evidencia científica en la mano, del papel positivo del ejercicio para prevenir y tratar la diabetes tipo 2. Vamos a analizarlo.
BENEFICIOS DEL EJERCICIO SOBRE LA DIABETES
Uno de los principales beneficios es sobre la homeostasis de la glucosa al potenciar el transporte de glucosa (Aumenta los GLUT-4, principal transportador de glucosa en sangre) y la acción de la insulina en el músculo esquelético en contracción, que es el principal tejido responsable de la utilización corporal total de glucosa. Por otro lado, el ejercicio aumenta el contenido mitocondrial del músculo esquelético, lo cual aporta un mecanismo adicional para la mejora de la sensibilidad a la insulina que se produce a través del ejercicio. Las mitocondrias son como el fuego del motor del barco, en el cual se quema la glucosa para utilizarla como energía, lo que regula su metabolismo.
Pero para mí, el principal beneficio del ejercicio es la activación de la proteína activada por AMP (AMPK), que es una molécula que activa todos los procesos de transporte de azúcar, grasas, síntesis de proteínas. Esto es importantísmo para la regulación del metabolismo. En la diabetes esta proteína está desactivada, el sedentarismo provoca esta desactivación ¿Va quedando claro lo importante que es el ejercicio? La metformina, que es el principal fármaco que se prescribe en diabetes, activa esta proteína pero en mucha menor medida que el ejercicio físico.
APLICACIONES PRÁCTICAS
Lo más importante para la prevención y/ó control glucémico en estado de diabetes es provocar contracciones musculares potentes y repetidas. La contracción muscular es lo que provoca todo lo que hemos dicho antes: aumento de los GLUT-4, AMPK y mejora del control glucémico, todo esto con el tiempo obviamente.
Por tanto, en muy resumidas cuentas, tenemos dos tipos de ejercicios principales para la diabetes tipo 2: Entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) y entrenamiento de fuerza.
El HIIT es de las mejores opciones, ya que provoca estímulos potentes de contracción muscular a la vez que provoca un estímulo cardio-respiratorio, lo que estimula la sensibilidad a la insulina, mejora la cantidad de mitocondrias en nuestros músculos (Por lo que quemamos mejor la energía) y mejora el transporte de la glucosa (Aumenta los GLUT-4) y, muy importante, la activación de AMPK.
El entrenamiento de la fuerza tendrá efectos similares y también añadidos. Los documentados por los estudios son: aumento de la sensibilidad a la insulina y del control glucémico, mejora de los perfiles de colesterol en la sangre, disminución de la presión arterial, adaptaciones positivas cardiovasculares y neuromusculares, incremento de la densidad mineral ósea (con efecto preventivo sobre la sarcopenia y la osteoporosis), y aumento del gasto energético diario y la calidad de vida.
Dicho todo esto, cabe aclarar que cuando una persona tiene durante mucho tiempo una diabetes el ejercicio por sí solo puede no ser la mejor estrategia para su tratamiento. También está demostrado que la combinación entre ejercicio, pautas nutricionales y farmacológicas son la mejor opción. Pero lo que sí está claro, es que si estás en forma no necesitarás de tantos medicamentos para mejorar de tu enfermedad.
Así que ya sabes, si tienes diabetes ejercicio; Y si no la tienes, también.
REFERENCIAS
Lucía Guerrero (2018) Entrenamiento de Fuerza: Adaptaciones Fisiológicas Positivas y Beneficios Únicos en Diabetes Tipo 2. GSE
Katja S. et al (2008) Diabetes, mitocondrias y ejercicio. Rev Esp Cardiol Supl ;8: 27C-34C
Sin comentarios