Cuando hablamos de Core, coloquialmente mucha gente siempre lo asocia a trabajo de abdominales. Esto no está mal, pero es totalmente incompleto. Lo primero de todo, vamos a hace un respaso de los que es el Core.
La palabra Core, significa núcleo, por tanto es el núcleo, el centro de nuestro cuerpo. Lo forman la musculatura de la pelvis, caderas, abdominales, lumbares, incluso la musculatura de la caja torácica. Tienen una función fundamental de dar estabilidad y equilibrio a nuestro tronco. Tener un núcleo fuerte y estable nos dotará de un rendimiento físico mayor, ya que desde aquí se trasmiten todas las fuerzas que aplicamos desde las extremidades: Correr, lanzar, saltar… Todo conlleva una trasmisión de fuerzas desde el núcleo hasta las extremidades.
Además de esa función, el Core es nuestra «armadura´´. Dota de protección a nuestra columna vertebral, la cual es el soporte que nos mantiene erguidos. Tener un Core fuerte, nos prevendrá de lesiones raquídeas.
Llegados a este punto, ya habrás entendido la importancia de tener un Core bien entrenado para un buen acondicionamiento físico. Ahora vamos a lo más difícil ¿Cómo lo entrenamos? Para ello debemos tener en cuenta las dos funciones principales que le hemos atribuído al Core: Transmisor de fuerzas a las extremidades y dotar de estabilidad y protección al tronco.
¿Se entiende? Para una buena sesión de Core, debemos introducir ambos tipos de ejercicios en nuestro entrenamiento. Olvídate solo de hacer abdominales tradiciones como los curlup ó los situps. Estos ejercicios por sí solos no son una buena forma de entrenar, solo trabajarás una parte de tu Core.
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