Hace algunos años que me cuestiono la validez de la pirámide alimenticia que se recomienda hoy en día. 55% de Hidratos de Carbono, 15% de Proteínas y 30% de Grasas. Para una persona que hace ejercicio diario puede ser una buena recomendación. Los hidratos de carbono son una fuente de energía muy importante para el rendimiento físico. Un deportista profesional debe de consumir buenas dosis de hidratos de carbono para aumentar su rendimiento. Pero vamos al mundo real.
Hace un año leí un artículo en ABC que decía «17 millones de españoles reconocen ser sedentarios». Eso es una locura. Y encima, si estas personas deciden mantener una dieta equilibrada, consumirán carbohidratos en la mayor parte de su dieta ¿Para qué necesita una persona sedentaria tanta cantidad de Hidratos de Carbono?¿Para qué ingerir tanta cantidad de energía si no se va a utilizar? Al final, hay que individualizar las dietas en función del estilo de vida de cada uno y, por unas razones o por otras, en España no cumplimos generalmente con el ejercicio físico.
La dieta Cetogénica consiste en reducir casi al mínimo la ingesta de carbohidratos, reducir las proteínas y basarlo en grasas. Esto choca de frente con las recomendaciones de la pirámide alimenticia, basándolo en dietas bajas en grasas y altas en hidratos. Viendo esto, es entendible que la dieta cetogénica cause polémica debido al gran cambio que supone de lo conocido.
Y no te pienses que este tipo de tratamientos nutricionales son muy recientes. La primera descripción conocida de este tipo de dietas es la de Guelpa y Marie en Francia (1911) . Unos años más tarde, en Estados Unidos, Geyelin publica una serie de casi 30 pacientes sometidos a 20 días de ayuno, basándose en las observaciones del osteópata Dr. Conklin. Ambos pensaban que la epilepsia estaba ocasionada por una intoxicación que obligaba a depurar el organismo dejando el intestino en reposo. El éxito del tratamiento llevó a implantarlo en el Johns Hopkins Hospital y a realizar una serie de investigaciones básicas para conocer el origen del efecto terapéutico que se atribuyó a la acidosis, a la deshidratación y a la cetosis. Wilder es el primero en proponer la consecución de la cetosis de un modo alternativo al ayuno, modificando la dieta, aceptándose esta práctica de forma generalizada. Sin embargo, debido al desarrollo de fármacos, este tipo de tratamientos quedaron relegadas a un segundo plano. Hasta ahora.
Básicamente, lo que esta dieta trata de hacer es beneficiar al cuerpo de los cambios bioquímicos que provoca el ayuno en el metabolismo pero manteniendo un estado anabólico, es decir, manteniendo el tejido muscular. Durante el ayuno, el cuerpo humano metaboliza mediante la lipólisis (Lleva las grasas a la sangre) los depósitos de grasa y los ácidos grasos a través de la beta-oxidación (Quema las grasas), dando lugar a los diferentes cuerpos cetónicos (acetoacetato, β-hidroxibutirato y acetona). Estos metabolitos pueden ser utilizados para crear energía (ATP). En una dieta alta en Hidratos de Carbono, el cuerpo utilizará el glucógeno para crear el ATP, reservando grasas. Además, la insulina bloquea la lipólisis, por lo que evitar niveles altos de ésta, reduciendo azúcares, puede favorecer la quema de grasas. Incluso si aumentamos los hidratos y las proteínas, reduciendo al máximo las grasas, el efecto natural del cuerpo será reservar los depósitos de grasas (Evolucionamos así, contra eso no se puede luchar). Con la dieta cetogénica, forzaremos al cuerpo a utilizar las grasas como el combustible para generar la energía, reduciendo su porcentaje en el cuerpo.
Otro efecto de este tipo de dietas es el control del apetito. Las grasas y proteínas pasan más tiempo en el estómago que los hidratos, prolongando la sensación de saciedad. Estamos en un estado de ayuno pero sin hambre, toda una ventaja. Además, los metabolitos de los cuerpos cetónicos influyen directamente en las hormonas que regulan el apetito, como la Leptina ó la Ghrelina.
Con todos estos factores, parece claro pensar que las dietas altas en grasas puedan favorecer la pérdida de peso en mayor medida que las altas en Hidratos de Carbono, contrariamente a lo que se ha hecho durante muchos años.
El consumo de Hidratos de Carbono debe de ser lo suficientemente bajo como para entrar en Cetosis. Debe de ser inferior a 0.2-0.4 gramos por cada kilo de peso. Al final, no debe de superar los 10 gramos. Podemos hacer una primera semana de adaptación, sobre todo si existe algún efecto secundario durante el proceso (Aunque no tiene por qué haberlos) tales como cansancio general ó hipoglucemias, pudiendo aumentar el consumo de hidratos en forma de frutas. Sin embargo, pasado ese periodo de adaptación, no debería de haber complicaciones.
En cuanto a la cantidad de proteínas, tomaremos 1 gramos por cada kilo de peso. Es decir, si peso 70 kilos, tomaremos 70 gramos de proteínas.
Por último, las grasas serán el resto, quedando alrededor del 75% del total de la dieta. Aquí cabe resaltar qué tipo de grasas debemos de tomar. Hay que centrarse en grasas mono y poliinsaturadas (Pescados azules, frutos secos, aguacates…) por encima de las saturadas (Grasa animal), las cuales debemos de tomar con más moderación. Además, conviene aclarar que hay que prestar mucha atención a los productos que elegimos. Mirar las etiquetas, saber sus ingredientes y comprobar que no son alimentos procesados artificialmente, ya que podríamos estar tomando azúcares sin darnos cuenta. Eso es lo malo de la era moderna.
Es muy importante no fallar en esta dieta, ya que por un día que comamos Hidratos, el cuerpo los utilizará para crear energía y las grasas que hemos consumido, una alta cantidad, las reservará, produciendo el efecto contrario al que buscamos.
Es una dieta con unas características «especiales», por tanto, es imprescindible consultar a tu médico antes de iniciar este tipo de dietas, ya que existen ciertas situaciones en las que se contraindica ésta dieta, como por ejemplo, patologías del metabolismo de las grasas ó la existencia de epilepsia focal. Pero ésto mejor, al médico.
Por todo lo demás, existe suficiente evidencia científica que avala el uso de estas dietas en la pérdida de peso, aunque yo sólo la aconsejo en personas con sobrepeso que van a tener un nivel de Actividad Física baja-media ó nula. Ni se te ocurra hacer entrenamientos de alta intensidad con estas dietas, ya que para eso, el glucógeno se vuelve imprescindible. Y ya sabéis que con esta dieta no lo tendremos. Individualiza tu entrenamiento, siempre.
Así que si te ha gustado esta información y quieres probar una dieta cetogénica, suscríbite a nuestra web. Podrás probar una dieta durante dos semanas (En este tiempo ya se notarían resultados). Seguro que alcanzarás los objetivos que te marques.
Guelpa G, Marie A. La lutte contre l´épilepsie par la désintoxication et par la rééducation alimentaire. Rev Ther Medico-Chirurgicale. 1911; 78: 8-13.
Geyelin HR. Fasting as method for treating epilepsy. Medical Record. 1921; 99: 1037-9.
Pedrón C. (2016). Manual para la práctica de la dieta cetogénica. Nutricia S.R.L.
8 Comments
Desearía información para hacer la dieta cetogenica
Por supuesto Luna, muchas gracias por comentar. Te he enviado un correo electrónico. Hablamos por ahí. Saludos!
Me gustaría seguir la dieta con un seguimiento. Gracias
Hola Paloma. Perdona la tardanza¡¡ Escríbenos en la página de contacto y déjanos un Email para contactarte nosotros. Encantados de ayudarte 🙂
*hola. Me gustaría saber el precio de cada consultaº. Muchas gracias
*hola. Me gustaría saber el precio de cada consultaº. Muchas gracias
Hola Yolanda, perdona la tardanza. La vuelta de vacaciones…¡¡Escríbenos un mensaje en la página de contacto y te detallamos todo!!
Me gustaría swguir tu dieta.. Espeeo puedas pinerte en contacto conmifo. Gracias. Un saludo